22 dic 2008

irresoluta

No está en mi mano cambiar.
Es la vida irresoluta
la que accede a desnudarme
llevándome hacia mí mismo.
Es la vida
la que deja en mi memoria
una muerte tras otra,
un sedimento de sombras,
una hora pasajera
por la que ciertos amores
viajan todavía.
No está en mis manos esto que soy.
Mi yo es ajeno a sí mismo,
se pierde en negros silencios,
y muda de rostro al volverse
hacia su propio reflejo.

No soy yo, amor: es la vida.
La vida irresoluta
es la que escoge el momento
en el que todo cambia de forma.