
Si quieres que la carga negativa
del hombre o de la mujer corrientes
se vuelvan literalmente insoportables,
convéncelos de que su vida,
su tiempo y su felicidad
pertenecen en verdad al reino de lo sagrado.
Deja luego que se expongan
al abyecto sinsentido y a la mezquindad
que corroen la existencia cotidiana
de cualquier ser humano.