
Sentir el vértigo.
Crecer con la tempestad.
Ejercitar la arrogancia que ignore
cuántas veces fallamos
en nuestro intento de ser.
Para ello,
escribir como quien arranca
un humilde gemido
Ejercitar la arrogancia que ignore
cuántas veces fallamos
en nuestro intento de ser.
Para ello,
escribir como quien arranca
un humilde gemido
del cadáver del lector.