Es verano, hace frío.
Junio me recuerda lo fácil que sería
describir un círculo, y que nada fuera
lo que es sin condiciones.
Es verano, y hemos vuelto a destruir
aquello que era norma y realismo.
Hace frío en junio.
Qué decir de tantísima rutina
convertida en juego. Vinimos a soñar,
pero jamás volvimos de ese sueño.
30 jun 2018
26 jun 2018
Camino de vuelta

Madrugada. Callejones oscuros.
Soy la ciudad y su vasta cerrazón vacía.
De vuelta a casa, narro y niego lo que he sido.
A deshoras, con la noche a cuestas,
pido y pido. Pido y sé que nada
concederá el milagro. Ojos ciegos
por todo lo que han visto, ojos míos,
escrutan el silencio y el camino sigue
respondiendo lo sabido.
6 jun 2018
Epicentro
Escribir desde la noción
de que nada es fácil,
escribir terminalmente,
humildemente, odiosamente.
No tener nada que hacer,
sino pararse a escuchar
cada pensamiento elaborado
a partir de una lógica hiriente.
Ansiar algo que palidece,
que temblaba en uno mismo,
que fracasaba en su alegría.
Desechar todo ideal de belleza,
toda armonía establecida, dejar
solo un verso roído por el viento.
Escuchar la verdad de otros
sin olvidar el propio prisma.
Difícil. Así, la realidad.
Lo fácil es ficción o suerte.
de que nada es fácil,
escribir terminalmente,
humildemente, odiosamente.
No tener nada que hacer,
sino pararse a escuchar
cada pensamiento elaborado
a partir de una lógica hiriente.
Ansiar algo que palidece,
que temblaba en uno mismo,
que fracasaba en su alegría.
Desechar todo ideal de belleza,
toda armonía establecida, dejar
solo un verso roído por el viento.
Escuchar la verdad de otros
sin olvidar el propio prisma.
Difícil. Así, la realidad.
Lo fácil es ficción o suerte.
2 jun 2018
Subjetivo
Esa eterna sensación
de estar actuando, sin saberlo,
como un imbécil,
de haber sido falso siempre,
falso por no saber el nombre
de cada cosa oculta, invisible,
imaginaria acaso,
imaginaria por imprecisa.
La raíz común, la permanencia,
el espacio en que lo sobreentendido
no causara confusión ni pavor,
escapó a mi entendimiento.
No he sabido estarme quieto,
la quietud era angustia.
La gente que conocí, cambiaba,
huía de la calma y de la sinceridad,
mientras yo huía de ellos y de mí.
De mí, que acabé siendo como ellos,
he huído hasta asombrarme de mi rostro,
de mi débil pensamiento,
de mi inquietante rareza única.
de estar actuando, sin saberlo,
como un imbécil,
de haber sido falso siempre,
falso por no saber el nombre
de cada cosa oculta, invisible,
imaginaria acaso,
imaginaria por imprecisa.
La raíz común, la permanencia,
el espacio en que lo sobreentendido
no causara confusión ni pavor,
escapó a mi entendimiento.
No he sabido estarme quieto,
la quietud era angustia.
La gente que conocí, cambiaba,
huía de la calma y de la sinceridad,
mientras yo huía de ellos y de mí.
De mí, que acabé siendo como ellos,
he huído hasta asombrarme de mi rostro,
de mi débil pensamiento,
de mi inquietante rareza única.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)