Cuídate de los que son parte implicada y, por eso mismo, se ponen de tu parte. Lo estropearán todo tarde o temprano.
Cuídate de los jueces neutrales. No atienden a la circunstancia irrevocable, sólo al acto objetivo. Se volverán implacables de la manera más justa.
Cuando te hayas cuidado de tus cómplices y de tus jueces, cuídate de ti mismo. Sabes perfectamente por qué lo digo. Te volverás libre cuando nadie lo espere
Tan libre como salvaje, como inocente, como invisible es el aire.
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Blanca desesperación, el objeto del amor era el amor mismo.
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He soñado cielos rojos. Altos ojos nos abrían la penumbra.