13 sept 2011

Estatuas

Aún supongo que mi mente era un "collage" de nervios ateridos y respuestas a preguntas desde siempre equivocadas. Los pájaros me daban impasibles la razón cuando se trataba de hilvanar monólogos sin centro ni textura. Pero todos saben que contuve aire y rabia en los espejos. En las tardes ya caídas, en los versos obsesivos y en aquellos parques donde la vejez se reúne resignada a la intemperie; irrumpió la rabia, e inventó motivos. 

Casi puedo asegurar que, en los muros que la luz jamás derriba, dibujé con descarada furia las espinas florecientes del delirio.