6 ene 2011

Crónica de un instante cualquiera

Al observar el dudoso tránsito
de las once y media,
algo añade tensión a la escena.

La mujer que sueña a mi lado
sugiere que pensó en mí,
sin saber por qué, la otra tarde,
en cierta cafetería
inimaginable.

No estoy preparado para comprenderla,
e interrumpo su anécdota
con alguna observación delirante.

La mañana tiembla
próxima a desvanecerse
gracias a ese detalle.
Callamos. Tal vez se haga tarde...

Pero no,
la mujer rasga aquel velo
con su atónita risa,
y yo vuelvo a ser alguien.

Ahora sospecho qué quería decirme.
Algo importante.