28 jul 2009

frontera sin tiempo

Es tarde, y sé que duermes.
Y aunque la madrugada no tiemble
ante los cisnes azules del tiempo,
y aunque el fino cristal de este sueño
huya de mí y de mi ruido soberbio;
ya te liberas de ese juego insensato
que es dominar en la luz tu silencio.

Y temes, acaso por mí,
esos días furiosos, días de fuego,
en que este amor al fin nos increpe
cualquier verdad de extintos caminos.

No será fácil comprender nuestro tiempo.
Pero la vida duerme,
y es tarde para este juego de sombras.
Es imposible ver más allá del ahora.
Sólo hay presente. En ese límite espero.