16 jul 2009

Desengaño

Pero quiero saber quién,
quién prometió que la vida
sería siempre la intensa certeza,
siempre el calor posible de unos brazos,
la inocencia, siempre,
de crear la sustancia del día.

Seguirá sonando, incansable,
la hermosa canción que nos recuerde
el final que llega de repente,
al comenzar un tiempo inerme de dolor.

Y si la fortuna, si el amor,
si la vida fuera acaso algo más
que el inútil sacrificio
que ha de cometer a diario
tu joven corazón exhausto.