30 oct 2011

Suposición sobre la humildad



Pero cómo olvidar al héroe,
aquel que planteó elegantemente
la soberbia del mediocre
como rito formidable, liberación
o esperanza en superarnos.

Aún influyen sus halagos
en la genial ética artística
que inventé para salvarme.

(Y ojalá pueda perdonar alguna vez
aquella euforia adolescente
de ponerme siempre más arriba,
sin merecer siquiera lo más llano).

Pero no, no es fácil:
comulgar sin más con la ignorancia,
exige transformar nuestro carácter.

Aun así, resulta extraño...
Después de haber errado tanto,
no queda cicatriz,
ni encuentro sórdido el rechazo:
soy más feliz en el rebaño
que luciendo miserias
a cambio de alabanzas.