14 sept 2009

Falso poema

Aún hoy somos seres imprecisos.

Y, aunque es lo más normal suponer
que la luz primera que ha nacido en la palabra
es también la verdadera luz en sí misma,
ciertas noches me desvelo pensando
que todo cuanto debo haber escrito
imita la débil irradiación de una pálida vela.

Una vela corriente, cuya efímera luz
iluminaría esta oscura realidad
con más fuerza que cualquiera de mis poemas.

Por eso, aunque hoy seamos nada más
que confusos seres imprecisos,
creo que uno debe escribir
con la fatal convicción perpetua
del que acaso pueda iluminar la noche
con la misma luz que lo ciega.