13 ago 2009

Primer verano a la luz

En este lugar no hay tiempo.
Contempla: todos sueñan,
y el mar codicia nuestros cuerpos.
Sí. En una playa, lejana como esta,
comenzaron a ser todos tus recuerdos.
Y el mar lo sabe: así se ofrece, confinado,
a guarecerte de un cielo que no existe.

Ve. Aprende, amor, todo cuanto puedas
sobre la ingenua soledad de aquellos pájaros
que llegaron hasta aquí para perderse.

Y si tratas de regresar y es pronto,
sabrás que el mundo es nada,
que un viento interminable pasa
exterminando el color de este verano.

Ve hasta la orilla donde nunca viste
un horizonte más claro que tu alma.
Ve. Aprende que las olas nos esperan.

Pues desde que podemos comprender sin más
los últimos anhelos que guardamos en secreto,
ya no juegan a vencernos los silencios.
Y así regresaremos siempre
hasta el único mar que conocemos.

El mar de aquellos días nuestros.