1 ago 2009

Molestias del alma

Con los años, la vergüenza,
imposición natural de la conciencia,
deja de ser un rubor lloroso
para sedimentar su fuego inhóspito
en forma de misteriosa molestia del alma.
Entonces, lo más vergonzoso
puede que no sea lo que somos
o, peor aun, lo que dejemos de ser,
sino el hecho mismo, triste y simple,
de no saber todavía —pese a todo—
qué es exactamente la vergüenza,
ni por qué razón no podemos evitar
esa sinrazón del deber no cumplido.