22 ene 2009

yo

Pasó mi momento. También mi vida,
incomprensible para los más fuertes,
pasó como una nube anónima
sobre la extraña luz de todos los desiertos.
Como una fábula sin moraleja
sucedió el amor, y pasó al olvido.

Luego, la turbulenta inercia de la noche
contrajo matrimonio con mis actos.
Y ahora soy un niño solitario
que busca la inspiración en sí mismo,
en lo más hondo de un llanto delirante.
Y aunque busque mi corazón
empecinadamente,
no hay nadie que sepa consolarme.

Porque mi momento pasó
el mismo día aciago, ya irremediable,
en que traté de ser dueño de mi vida.