24 ene 2009

de mí en ti

No tus ojos:
la belleza de tus ojos.
No tus sueños, no:
el tiempo que te pertenece.

Lo que hay de mí en ti
sólo yo puedo verlo,
porque de tu belleza
suele quedar la cifra,
la intimidad en tu regazo
o el sol altísimo de la mañana:
toda hermosura unida en nosotros,
confundidos
en la plenitud borrosa
de una imagen infinita.

Por eso, más hermosa pareces
cuando te miro desde la inquietud,
y, desnuda de fugaces sombras,
un joven amor me ofreces.

Por eso no son tus ojos.
Sino la imagen que yo veo
porque te siento a mi lado,
descendiendo conmigo
desde la altura imposible
que abarcaría la claridad del mundo,
desde nuestra verdad sin nosotros
hasta la sencilla realidad de mirarnos.