8 feb 2008

Compañera,
aunque estas horas nuestras
hayan sido acordadas
por algún raro motivo
de distinta manera,
aunque tal vez tú esperes,
aunque tal vez yo hable
y los sentimientos duerman,
y sueñen,
y se sucedan
de manera distinta;
aunque apenas te creyera
cuando no mentías,
aunque nunca es tarde;
debo decir, compañera,
que el amor es un hecho
difícilmente probable.

De nada nos serviría un testigo,
ni la prueba fácil de la sangre:
el amor es un hecho vivo,
idéntico en lo único,
nuevo en su realidad cambiante.
Y aunque esta feliz ternura
ofrezca su tacto inexplicable,
y sus gestos de otro mundo
sean simple creencia de amor,
creencia que por ti nace,
y que me ofreces
por hacerle bien, por dar sentido
al simple sueño de ser alguien,
el amor es un hecho exacto,
difícilmente probable.

Por eso,
y aunque yo deba dejar atrás
este mundo gris,
este arte de lo cotidiano,
debo decir, compañera,
que esto es amor
aunque no tenga pruebas,
o aunque las pruebas sean
este modo de añorar
tu voz
en mis palabras.