11 jun 2007

EL LÁTIGO (metáfora del karma)




Cuando el látigo resuene otra vez en la llanura
habrás perdido para siempre la inocencia.
Cuando el gallo cante a medianoche,
cuando quiera aquel suicida consolarte,
cuando bailen los poetas al desnudo
sabrás qué insólita respuesta muda
merece la pregunta que aún no has hecho.

Al ángel de la perdición has de rezarle…

Porque cuando el látigo resuene nuevamente,
cuando la verde hierba ya no sea verde,
cuando el pan de cada día se endurezca
no podrás sino rezarle a lo perdido,
comparecer de nuevo ante el juez de la inocencia.
Y cuando éste arroje su sentencia en firme,
cuando al fin recuerdes, cuando al fin entiendas
qué ley ajena a cualquier sentido has infringido,
lloverá sin duelo sobre esta amarga tierra.
Lloverá hasta que empuñes en tu mano
el maldito látigo de tus ancestros,
hasta que lo hagas resonar violentamente
en la delicada llanura de otra espalda tierna.