7 abr 2015

Curtido

Luego: ¡bang!,
el umbral concreto del dolor.

Sonreímos más violentamente,
la maquinaria saltó al fin
como un felino histérico.
Nada ha sido luego
sencillamente nuestro:
ni la realidad,
ni el cuerpo,
ni aquel jardín de invierno.