31 may 2010

Brisa

No es solo la brisa…
El paisaje, que es ciudad,
también revela su naturaleza de nostalgias.
Oculta entre los árboles,
la belleza mitifica nuestros actos:
desconfía la razón, se proclama
como guía de una noche sin caminos.

Todo amor es ejemplo
de la deuda contraída con la nada,
y estos parques se retrasan en su huída
de ocasos solitarios.

No cedamos al mirarnos.

(Aquel pájaro cantaba para mí
mientras todo insomnio presumía
la infinita realidad de mis sentidos).

No cedamos si el influjo de la tarde
nos lleva a suponer que nada ha sido.