24 dic 2009

Mientras

No podemos suponer mientras amemos
el insólito final de lo posible:
¿pues no sería algo extraño que acabara
por deshacerse la obra de los astros?
¿No sería inconcebible que la luna
naufragara también al desnudarnos,
en el caos invisible de lo cierto?

El mundo es casi nuestro espejo.
Y juntos fuimos tan hermosos…

Y aunque es fácil suponer que más allá
habrá otros mundos y otras lunas
más perfectas que la sombra del profeta,
te aseguro que gracias a nosotros,
gracias a todos los que urden infinitos,
nuestro mundo recomienza cada día,
cuando, después de cada amanecer,
nos olvidamos de nosotros mismos
sin juzgar lo que somos mientras tanto.