30 oct 2009

Nuestro silencio

Casi insoportable permanece
el silencio impuesto a tanta soledad.
Llénalo, vacío estéril,
de simples ruidos y memorias,
préstate a esparcirlo entre las sombras,
que su triste armonía
no te quite la esperanza
necesaria para hablar contigo mismo.

Casi insoportable o inaudible,
un silencio impuesto es otra forma
de esperar a que la nada se disuelva
en el ácido sonido de tus quejas.

Recuerda que este permanece
siempre en los rincones más tranquilos.
Pues allí donde cualquier hogar
es incierta música de niebla,
el silencio es también esa nostalgia
que entre los años deja
sus perfectas respuestas sin sentido.

Mas este silencio no es tan sólo mío:
es también tuyo, de las calles nocturnas,
de los días en que nadie nos sorprende.

Porque el íntimo silencio
en que por temor se pierden
nuestras verdades más íntimas,
es también un ruido sutil
que creemos evidente
al sentir la misma soledad
que nadie más advierte.