27 abr 2009

Falso paraíso

I

Y quién puede amarse a sí mismo.
Quererse es soñarse en el camino,
tratar de atrapar esa sombra
que huye en soledad del mundo.
Quién puede contener en sus ojos
el llanto por lo que pudo ser
la imagen casual de cualquier otro.
Quién. Si tornamos nada cada día,
y sólo puedo observar de mí
la infinita verdad que desconozco.
Lo demás, lo que aún perdura,
es invisible para todos. Toda costumbre
termina por pasar desapercibida.

II

Sólo tú permaneces más allá
del efímero viaje de mis gestos.
Permaneces en el círculo eterno
de todas las ciudades de esta noche.
Sólo tú me conoces, sólo tú entiendes
mi realidad de tiempo por perder,
oscuridad de sueño que no he sido.

Eres la única luz visible
en el extraño silencio de mi nombre.