4 jul 2006


Decidme; atesoráis el instante, vosotros…
contenéis la noche en cavidades terrenas.
Manchados. Sombra y sombra, sangre;
en las manos que palparon el prodigio
se adivina otra ciencia probable.

Decidme qué sucede ahora,
su tenaz invierno se alimenta
de gélidas estrellas y pesares.
Vosotros permaneceréis aquí, ahora,
vuestro fuego sustentado por ansias de amapola,
trascendiendo el cauce de la llama
sin que aflore la plenitud del llanto.

Siempre es vuestra hora,
este es vuestro viaje:
la vida os reporta
algo más que el calor de la sangre.

¿Qué sucede ahora que no sucedió antes?
Decidme.