10 mar 2014

Sin matices

Yo creo que algo dictamina la desgracia impunemente, que una voz nos juzga desde dentro, burlándose de nuestra insignificancia. Lo peor de esta creencia mía, consiste en que para aceptar los horribles designios de ese ente, no me queda otra que considerarlos justos y totalmente necesarios, pues en no pocas ocasiones de mi vida he preferido actuar como si el bien y el mal jamás hubieran existido.