Volverás más plena de estas noches,
aunque un frío acontecer ya te seduzca
como amante insospechado en la desgracia.
Aunque todavía huyas, atenta a la traición,
de cualquier exhortación a la renuncia.
¿Crees que abandonar ahora
te haría reencontrarte a solas
con aquellos errores cotidianos
que pensaste imperdonables?
Insiste entonces.
Acaso un día llegues a creer,
pasadas estas noches y su ciencia,
que no errar, resulta siempre tan difícil
como contener con tus dos manos
el río de imparables circunstancias.
Por eso, equivoca cuanto quieras
el sentido indiscutible de este absurdo:
solo tras poner a prueba lo probable,
deberían rebrotar del lodo las estrellas
que templaron en su día
la secreta desventura de tus actos.