27 jun 2010

Errancia

Volverás más plena de estas noches,
aunque un frío acontecer ya te seduzca
como amante insospechado en la desgracia.
Aunque todavía huyas, atenta a la traición,
de cualquier exhortación a la renuncia.

¿Crees que abandonar ahora
te haría reencontrarte a solas
con aquellos errores cotidianos
que pensaste imperdonables?

Insiste entonces.

Acaso un día llegues a creer,
pasadas estas noches y su ciencia,
que no errar, resulta siempre tan difícil
como contener con tus dos manos
el río de imparables circunstancias.

Por eso, equivoca cuanto quieras
el sentido indiscutible de este absurdo:
solo tras poner a prueba lo probable,
deberían rebrotar del lodo las estrellas
que templaron en su día
la secreta desventura de tus actos.