9 mar 2009

último comienzo

Si fue fácil empezar, no lo sé.
Quizá fue más sencillo continuar.
Una soledad se corresponde con otra
cuando toda distancia, desmentida,
se salva confiando en las palabras.
Y nuestras voces no eran sombras.
Palabras que confundían mundos,
por el auricular de nuestros sueños
desentrañábamos, un tanto vacíos
después de haber vivido nuestro tiempo,
la esperanza en cosas imposibles.
Si fue fácil empezar,
no lo fue llegar hasta el principio.
Cuántas derrotas se escribieron
en contra del amor definitivo,
ese que otros, al cabo, no sintieron.
Porque, para acceder sin hacer preguntas,
es necesario que alguien imprescindible
no responda más a un dolor secreto.

Con aquel extraño comienzo
nos enfrentábamos al misterio.
Y todo consistió en continuar hablándonos,
pese a no creer en un futuro más sencillo
que aquel que tuvimos que hacer nuestro.