9 ago 2007

Padre; te vi llorar la vida en sus últimas respuestas.
Llorar sobre tu lecho frente a la tarde que ardía.
Queriendo resistir los ásperos pesares de la muerte,
te vi llorar como borrasca azul que rompe
su gélida elegía contra los cielos del norte;
llorar tu propio tiempo resuelto en agonía,
en el momento más incierto que la tarde esconde.
(Acaso sentiste ser materia turbada de emociones,
que sufre porque ama, que siente porque llora;
materia que se eleva más allá de su nombre
en busca de la tierra que todo lo responde.)