5 jun 2006





Amor, no seas de luz ni de sombra.
Elige tu haber único entre las cosas sin juicio,
como verdad pura que se manifiesta a veces
en los actos desnudos del necesario presente.
Ni ayer ni mañana ni triunfo ni culpa…
Sé simplemente la vocación del hecho
que jamás trae preguntas.
Amor, voz que me cruza,
ni de la noche seas,
menos aún del día;
que para cegarnos de luz ya está tu renuncia.
No quieras ser más de lo que ya eres,
no busques más de lo que no necesitas.
Pues caminas entre aceros,
cuando batir tus alas podrías.
Existe, tan sólo, como las demás cosas vivas
que no cargan la duda de soñarse imperfectas,
que no buscan vencer o cantarle a la muerte.
Sé tan sólo el rostro que en ti podría
besar en silencio las verdades que sientes.
Que no hay errores, amor,
no hay errores que puedan
sitiar de ti la justa esperanza
cuando olvidas la lucha.