7 ago 2018

La compasión



He inventado una técnica 
para abrazar a la muerte.

No ha sido fácil, 
cada vez que me mira de reojo, 
la reprendo como a una niña,
digo su nombre en voz baja, 
me acerco, la contemplo y la abrazo. 

Pero es complicado, 
ella es mayor que yo.

Mucho mayor. Aun así, 
por una razón se relaja: 
sabe que ante ella 
siempre somos niños asustados,
niños de los que siempre se ríe 
el mismo dios cobarde,
el dios dueño del silencio y de lo innombrable.


Imagen: el almuerzo, acrílico, din a2