6 jul 2018

Disipación

La conciencia es oscura,
más oscura que el recuerdo.
Pregunta a pregunta, estorba
a quien pasa deslizándose
entre el placer y el aire.
Es oscura, sí. Pesada como un tiempo
sin el habla de los pájaros.
Terribles, nuestros actos se suceden
sin que entendamos, sin que sintamos
una huella al fondo de la trama.
Quien escribe, quien lee, quien escucha,
¿necesita más conciencia que la dicha?
Muertos los dioses, caído el ángel,
caído y convertido
en una entidad mediocre:
¿qué nos dirá la conciencia que,
al cabo de los años, no sea más 
que otra señal para cegar el paso?
Porque pasamos velozmente,
como astros brillamos y olvidamos, 
y ya nada nos promete una oscura salvación
a través de la conciencia.