1 mar 2018

Ser o no estar



¿Dónde apoyaremos luego esta pobre vanidad? Dónde... Si nada sabemos de cómo nos ve el resto. Actúamos sólo para nosotros, pero toda función necesita un público. Y nadie, nadie -nadie- puede vernos realmente. Así llegamos al espejo y a veces vemos lo que queremos ver. Felicidad, carisma, juventud, belleza. Pero ni siquiera sabemos la expresión exacta que ofrecemos durante cada instante de la larga obra. Una especie de mueca corrompida surge a veces en los otros, pero... ¿en mí, en nosotros? ¿Era eso la máscara, lo que había tras la máscara o tan sólo un gesto fallido, una expresión tan confusa como todo lo que llena el tiempo? Me siento tan responsable de mi rostro como del vuestro. Y esa carga, creedme, en realidad es tan trivial como todo lo que no comprendo.


Imagen: "el héroe absurdo", acrílico, din a2