4 jul 2017

Una breve crónica




Introvertido desde niño,
guiado por el influjo del silencio,
por un cauce anterior al poema.
El refugio era dentro.
Llegó la adolescencia,
delirio puro, ruidos, niebla.
Demasiada gente en las calles,
en mi mente, en mi agenda.
No era eso ni ese,
el refugio era dentro, donde
se burlaban ellos.
Divinidad. Caos. Locura.
La gracia entre los otros no,
sólo un destello solemne.

Yo fui un niño introvertido,
interrogado luego por el alcohol,
sometido a la ley del más fuerte.


Imagen: tinta de dibujo, din a3