9 abr 2016

Estar preparado


Cuando hablamos de guerra,
el problema en sí no es la muerte,
ni la implacable perversión
del antiquísimo absurdo.

El problema,
cuando hablamos de guerra,
es que son demasiado jóvenes
los que mueren,
demasiado niños,

los que empuñan un fusil 
o una bandera.

Cuando hablamos de guerra,
cuando oímos hablar
de la guerra inminente,
siempre es demasiado pronto
para que todo suceda.