12 dic 2015

Nota de diario

Sí, desnudarse es complicado. Más aún a través del arte. Cuando uno muestra su alma mediante la pintura, no está mostrando cualquier cosa. Ni está conectando de cualquier manera con el espectador. Si uno llega a hacer algo así, estará creando una conexión muy compleja con eso que llamamos público, que no es otra cosa que la humanidad misma a la que pertenecemos.

De esa conexión surge una responsabilidad. Y esa responsabilidad es siempre una carga.

¿Por qué será, llegada una edad, que tantísimos pintores, músicos o actores optan por hacer sólo arte de entretenimiento? Esa conexión de la que hablaba, es siempre una responsabilidad que no puede ser pervertida en su intención sin crear verdaderos monstruos.

¿Y cómo se pervierte esa intención? Si desde el inicio el artista sólo busca entretener y ganar dinero, no hay problema. No hay responsabilidad. ¿Pero qué pasa cuando algún genio despistado pretende hacerse millonario nombrando lo innombrable? Eso pasa. Que todo se pervierte, pues habrá vendido su alma deliberadamente. De ahí que el éxito económico en lo artístico sólo pueda llegar indirectamente. Si hay una búsqueda premeditada de eso mismo desde la profundidad, estaremos invocando a nuestros demonios en un juego insensible y demente.