1 oct 2015

Presencias

Hablo solo,
discuto conmigo,
grito a las paredes suavemente.

No sé bien para qué,
de qué sirve,
pero cuando hablo solo,
vuelvo a mí mismo.

Quiero decir que hablar solo es
como dar un portazo
y quedar completamente solo,
solo conmigo.

Para eso sirve,
para ahuyentar fantasmas,
para derrotar
y ahuyentar ficciones
y diálogos mentales
que culminan siempre
con un malentendido.