22 abr 2014

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Al alejar de ti toda aspiración intelectual y toda profundidad dramática, en tu proceso de limpieza alejaste también la dignidad. Así pues: ¿para qué diablos necesitas que critique tus errores con delicadeza? Si un psicólogo como dios manda te escupiera la verdad a la cara, no pasaría absolutamente nada.