13 ene 2014

Sobre el enfado y el aprecio

El colmo de la ironía es cuando al cabo de los años, te das cuenta de que tuviste cerca a mucha gente -amantes, cómplices, amigos- que merecían la pena. Me refiero a aquellos y aquellas que recriminaban algo en tu conducta o actitud, algo que querían que cambiaras por tu propio bien.

¡Qué extraña sorpresa, la de darse cuenta uno mismo de que aquello que alertaban, se volvía totalmente cierto con el tiempo!