9 nov 2013

Normalidad

Entonces era la ocasión perdida.
Llegábamos soñando a marzo,
y la rutina, a su paso,
llenaba el aire de sentido.

Mi trato más preciso con lo amado,
hundía su raíz en el silencio
que sirve para todo de escenario.

(Amantes, cómplices, amigos...
¿A qué lugar partimos al hallarnos?)

Ni alcoholes, ni páginas solemnes.
Ni ciega juventud o espacio.

Los vínculos más simples
se vuelven para siempre clandestinos
conversando.