3 jul 2013

Punto muerto

El punto de partida es claro: la gente es ruin. Y yo también soy gente. Luego: yo también soy ruin. Llegamos de ese modo al más allá de la vida real: todos, incluido tú, lector, pues tú también eres gente, somos criaturas mezquinas.

Así el dilema está servido: ¿qué sentido tiene relacionarse, hablar de lo importante con aquel o el otro o compartir cualquier manera de sentir? ¿Es el sistema, esa aberración implacable, lo que falla o somos nosotros, que entre todos construimos el sistema, lo que debería cambiar mañana mismo (sí, mañana mismo, no voy a decir "ahora" porque sé que es completamente inútil) al levantarnos mañana mismo del humor que sea? ¿Y a qué aferrarnos para dar el paso? ¿A la psicología, la cienciología, el sufismo, la literatura, la física cuántica, las carreras de caballos o las películas en 3D?

A nada. Ningún conocimiento es útil para resolver esto. Pero para terminar quisiera lanzar un consejo al aire: sufra ud. por los demás. Sufra todo lo posible.

Lo demás ya está hech
o.