8 mar 2013

Pequeño recordatorio público


Anteayer noche solo pude tomarme uno de los antipsicóticos que tengo recetado. El otro, no sé bien cómo lo pasé por alto, se me había acabado el día anterior.


Lo único que quiero constatar es que el día de ayer, muy posiblemente porque el ya tan asumido influjo químico había disminuido, estuvo teñido por una hermosa filantropía. Con esto quiero decir que, a mis ojos, y hablo de un sentimiento tan real como cualquier otro; cualquier desconocido merecía salvarse, amar, soñar y ser feliz.


Hoy, cómo no, ese sentimiento ha desaparecido. He bajado un par de veces a la plaza militar a tomar algo, y la gente que me rodeaba no ha suscitado en mí ninguna negación o entrega. Hablo, sí, de cosificación. Pura y dura. Indiferencia que posiblemente genero hacia mí mismo desde hace ya tanto tiempo, que ya se ha vuelto una parte más de mi huídizo carácter.


A ver cómo diablos me las apaño para recordarlo y explicárselo a mi psiquiatra...


Feliz finde a todos.