28 mar 2013

Madrugrada



Os vi pasar a todos.
Las manos sobre el rostro,
la espalda casi yerta.

Pálida inquietud en vuestras fuerzas,
ingrávidas proezas.

Mirad luego más arriba,
abrid bien los ventanales y la puerta:
en su negro círculo de piedra,
la noche astutamente nos contenta.