13 ene 2013

Tristeza y literatura


En realidad, no creo que haya profesión más ridícula sobre la faz de la tierra que la de escritor. Esta especie debe ser la única que se empecina de manera totalmente estúpida en enfatizar el qué se dice frente al cómo se dice. Lo cual, por otro lado, tengo entendido que se diagnostica como síntoma indiscutible de los estados depresivos crónicos.

Ay, con lo tranquilo que estaría uno si, en lugar de todo este desatino, le hubiera dado por la robótica...