2 ene 2013

Ahora todo parece fácil


Qué razón tienen algunos. Siempre habrá quien piense que la única manera en que pueden acabar las cosas es precisamente la misma en la que acaban. Casi como si una vez concluidos todos los procesos, estos tuvieran un sentido moral, una enseñanza religiosa. Ahora todo parece fácil, sí. Pero yo sé, al menos yo sé, que en casi todo lo que hacemos hay un riesgo incalculable. Porque rara vez hay soluciones elegantes: lo único que sabemos poner de nuestra parte es el valor, la voluntad... Lo que sea que nos haga ser fieles a nosotros mismos. Y que luego venga la impostura del triunfo o el desastre, será siempre lo de menos.

Lo importante, creo yo, es saber correr el riesgo. He ahí el maravilloso juego del guerrero. Porque el artista no tiene por qué aprender a ganar con elegancia. En tal sentido, la única norma del pintor, del solista o del poeta, debería ser la de aprender a sacar partido de todas sus derrotas. Quien sepa apreciar eso, entenderá a su vez el sentido último del Arte.

El que no, quedará ya por siempre acomodado en los horrendos salones de la mediocridad.