31 dic 2012

Sobre la audiencia

Hoy, preparándome para la acostumbrada cena de fin de año, cavilando silenciosamente bajo la ducha, he creído resolver un enigma que me ronda desde que comencé con mi "inefable" labor literaria en la adolescencia.

A la pregunta: ¿por qué escribes? o ¿por qué imprimes palabras de aquí hacia allá, sin saber bien a qué conduce todo esto?, a la dichosa preguntita, decía, se me ha ocurrido una curiosa respuesta.

A saber: "escribo para ser escuchado. Poco importa en tal sentido, que lo que tenga que decir sea del todo cierto o más bien la entelequia de un loco. En cualquiera de los dos casos, lo importante no es el acto de escribir o de orar en sí. Lo único que tengo en cuenta a la hora de explicarme, es que alguien pueda recibir algo de mí de la manera más precisa en que nuestro interior llega a florecer en total oscuridad. Desde niño he tenido la necesidad de expresar cosas sin ser juzgado en ningún momento por lo que pueda conllevar una confidencia, declaración o delirio. Y lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, rara vez lo consigo. 

De ahí la necesidad misma de escribir, de abrir un canal de comunicación necesariamente unilateral en el que ser escuchado de un modo "abierto", no sea la excepción, sino, he ahí el quid, más bien la norma".

Feliz 2013 a todos.
Salud.

D.