27 oct 2012

Promesas y actuaciones





Hay, siempre la ha habido, una suerte de perversión en casi todos los que buscan codearse con jóvenes y no tan jóvenes promesas. Poetisas, pintores o solistas de esos que, por talento, porte o ambición, casi se diría que algún día llamarán la atención del obsceno desfile de la fama.

Porque, vamos a ver, cuando un individuo de a pie entra casualmente en contacto con algún desconocido de talento genuino: ¿no sabemos ya cuál será la reacción más común, la embestida predeterminada por la astucia del sistema? ¿No acabaron genios como Hendrix, Jannis Joplin o Dalí, absolutamente degradados por un entorno incapaz de reconocerlos como verdaderos seres humanos, como criaturas portadoras de un tímido corazoncito; incapaces de recobrar ya el son perdido o de afrontar en desigual combate sus reyertas personales?

No resulta complicado desde esa perspectiva, hallar sentido a la vieja dicotomía wildiana, aquella que diferenciaba con ahínco, dentro de una misma personalidad, al hombre y al artista.

Y sí, el hombre podrá ser el que es. Pero, tal vez por eso mismo, debería ser más importante que aquel que acaso obtenga cualquier día el reconocimiento que merece. Ya que, a fin de cuentas, este último andará siempre, si es que logra alcanzar la madurez, preservando una integridad que rara vez se hará reconocible para la mayoría.

Porque lo cierto es que tendemos a considerar al genio una mera figura glamurosa, un intérprete junto al que quisiéramos protagonizar ocurrentes escenas en un salón del XIX; sin tomar conciencia, eso sí, de que sostener una inquebrantable admiración por tal o cual artista, científico, periodista, jugador o arquitecto, conlleva siempre el construir un ideal que jamás tolerará el reconocimiento directo de la particularidad afectiva más esencial de todas.

A saber: la misma que nos induce a vernos reflejados en las debilidades del prójimo. 

Pues, en realidad, nadie quiere descubrir que sus héroes no son tales. Y por eso mismo, siempre habrá quien prefiera ignorar desde su lado los llantos, patinazos y adicciones de los más sobresalientes. Y del otro, quien acabe por adaptar su manera de actuar al papel impuesto por una sociedad cada vez más obsesionada por su aciaga mitomanía.





22 oct 2012

Sobre la personalidad

Para el individuo corriente -y el artista no podrá ser menos-, la expresión de la verdadera personalidad pasará siempre por la confrontación con el aparato crítico que lo rodee. Tanto el saber encajar perfectamente con lo que esperan de uno como el ir radicalmente en contra, supondrá siempre un ejercicio de autoanálisis, de honestidad creativa, de realismo, de evasión o de pura interiorización consciente.

21 oct 2012

Parábola Zen

Si un borracho dice una tontería en un bar, pero nadie se rie: ¿en verdad tiene gracia?

Hogar, dulce hogar

Muchas veces, la base del proceso creativo parte de la búsqueda de la pureza. Hasta el poema escrito desde el más oscuro resentimiento o el cuadro ejecutado desde la percepción más perversa, resultarán conmovedores si el autor se ha sentido en discordia con la moralidad más débil.

Para mí, la bebida es intemperie. De ahí que no sea capaz de refugiarme en ella.



 
De tanto radicalizarse, acabó por representar todo lo que odiaba.


Error de base

Todos los artistas son monstruos que no pueden dejar de decir la verdad. A quien posea todavía cierta humanidad en sí, debería conmover este principio. El resto no quiero saber qué piensa al respecto. Su opinión me horrorizaría.



14 oct 2012

Otredad

El individuo solo se completa en los otros. Esto quiere decir que, en el mejor de los casos, la autosuficiencia, bien llevada, casi siempre se resuelve como actitud irónica. En peores circunstancias -y esto también sucede a diario- puede conducir irremisiblemente al suicidio.


***


Ya eres un mediocre tipo duro. ¿Y ahora?



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Pero qué elegante es la cordura.



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Cuando sea niño quiero ser mayor.

   
 









13 oct 2012

Demian

Tan odioso como hacer de la vida una cuestión de carácter.

Para E.

Que todos los avariciosos sean grandes inconformistas, no significa que todos los inconformistas sean grandes avariciosos.


8 oct 2012

Rutina cuántica



En mi peor pesadilla, mi voluntad contiene todo lo existente. La realidad, convertida así en manifestación interior, solo puede sorprenderme en la medida en que yo mismo concibo lo desconocido. De ese modo, porque yo pretendo o incluso temo que transcurra así, el planeta entero es la ensoñación de una deidad solitaria y diminuta.

A este cuadro contribuye siempre la rutina, aquel tedio que condiciona la conducta hasta hacerla sutilmente predecible. Dentro de ese marco limitado, las pequeñas “adivinaciones” que se infieren de una determinada tendencia en la forma de actuar de tal o cual persona, refuerzan o rechazan indistintamente la idea de que mi voluntad siempre ha avanzado hacia algún lugar liberador. Paraíso en que los otros son entidades reales, dotados también de voluntad propia.

A ratos soy consciente de que todo lo que aquí describo, es producto de una mente alucinada. A ratos, no. En cualquier caso, el salir de esa rutina, provoca el mismo impacto emocional que generaría en un melómano extremadamente sensible, el hecho de pasar de un día para otro del perfecto minimalismo a un estridentismo dodecafónico.

Demasiadas variables. Demasiadas. Pero resulta que cuando me he enfrentado durante una larga temporada al estímulo de lo imprevisible, me habré sentido descentrado, sí, pero al mismo tiempo me he visto liberado de esa aterradora idea que enunciaba al principio.

Nada como dejarse vapulear por la infinitud para descubrir que, efectivamente, la realidad no es invención nuestra.






7 oct 2012

Pienso luego insisto

De repente tengo la impresión de que estoy siendo feliz por despecho, de que las implicadas en cuestión lo dispusieron así completamente adrede y de que tomé en serio todos los desplantes porque tanto fracaso sentimental, además de causarme ese malestar constante, me ha convertido en un machango autocompasivo.

Juraría que esto solo quiere decir que, se mire por donde se mire, la pasión induce siempre al movimiento. Y a falta de pan...

Sobredosis de optimismo

El problema de sistematizar la bondad radica en que el supuesto bondadoso nunca sabe cuando el infeliz niega la alegría y cuando es incapaz de experimentarla.

5 oct 2012

Nervios fuera

Pero también podríamos volver a la suposición incial, diciendo que sí, que, efectivamente, ciertos sentimientos de culpa podrían esfumarse con un discreto castigo.

Sobre un tiempo anestesiado



Ah, pero a nosotros, ¿qué sentido nos queda? Dime. Queríamos, no, necesitábamos desenredar la sombra y el destino apenas sugerido de las cosas. Buscábamos morir de amor o cargar contra molinos gigantescos. Fugarnos a la luna, cantar violentamente, correr de un modo u otro la mayor aventura, la que hiciera de este tiempo la baraja rota del comienzo.  

Héroes, héroes... El valor se pierde bebiendo de las fuentes. Y ahora, en derredor nuestro, el orden fatigoso de los días. ¿Dónde el enemigo? ¿Cuándo la tragedia que recree la belleza del invierno?

Decidme: ¿quién dijo hasta aquí solo, lo demás está hecho? Pues bajo otro firmamento, ninguno de nosotros buscaría lo que crece solo hacia el subsuelo.


2 oct 2012

Peticiones



Qué cantar nocturno y frágil,
desarraigado, inútil;
voz desplazada,
consecuencia de la niebla que nos une.

Qué sueño redentor.
Qué luna indiferente.

Corramos un telón de piedra,
volvamos a la opción furtiva
de dejar correr los días
abriendo cicatrices lentamente.

Llamemos a escuchar así
a ese público aquejado
por pretensiones solemnes,
oculta hacia su sien la inercia
de humillar al indecente,
distinto por dicción, andar y genes.

Estad atentos,
pues piedad os pido para él, malditos;
que tanto celebráis con la cabeza alta.

A ver si alguna vez tentáis,
aprendiendo conmiseración de mano
de quien pudiera despreciar vuestra ralea,
la simple dignidad del sufrimiento
que siempre rechazasteis pavorosamente.






 


1 oct 2012