25 sept 2012

Impresión de oficio



Extraño, sí,
como leerse a uno mismo,
y no reconocer,
no entender ya; pasear
observando solo la expresión
de un barrio antiguo.

Inútil luego suponer quién dijo qué,
cuántas horas en vela
separando lentamente
la experiencia del sentido;
hacia dónde el poema
que jamás contuvo
huellas sin edad,
propensión, camino.

Y cómo comprender sin doblegarnos,
si dijimos lo importante,
dejando así constancia de qué fuimos.

Cómo averiguar observándose a uno mismo
qué importancia otorgábamos,
escribiendo, al vacío en que medirnos.