29 jun 2012

Soberanía del yo

Entre ser limpiamente guíado hacia la felicidad y avanzar tropezando por mi propio pie entre escarpadas colinas, elegiré siempre lo segundo. Pues la plenitud solo es posible cuando preferimos actuar según nuestro propio criterio.

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Aunque las más de las veces me equivoque al hacer lo que quiero, en tales errores, precisamente por ser solamente míos, he hallado seguridad, consuelo y la certeza de que los designios del corazón, por oscuros que estos sean, se hallan siempre más allá del bien y del mal.
 
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Y observar con horror que el único camino que conocen los guías, conduce lentamente hacia la perdición.