1 jun 2012

Las razones del otro

Para evitar sentirse una carga, culpó a cuantos le rodeaban del clima, el desamor y los accidentes de tráfico. Dos cosas sacó en claro: que acusar a los demás de un problema propio es algo muy serio y que para dejar de sentirse una carga nada mejor que dejar de serlo.

Desde entonces pasa sus noches conversando con el fantasma que intentó ser para poner remedio.