Toda empresa a realizar,
precisa de una inquietud secreta,
idéntica a la tuya.
Pero si por casualidad piensas
que llegar a Júpiter
y dormir diez horas cada noche,
son cosas compatibles,
mejor será que pruebes
a dejarte llevar por la pereza
que tantísimo placer nos causa.
Al menos esta vez,
recuerda, juicioso soñador,
que donde no amenaza la inquietud,
no amanece, sigilosa,
la esperanza.