8 ene 2012

Platónico


Mi único anhelo de niño consistía en observar casi en paz la expresión de los mares. También los pájaros y esa clásica estrella. Si hubiera querido protagonizar mi propia existencia, en vez de suponer intacta mi alma, habría forjado una máscara.

Ahora lo único que queda de mí es una forma ciega y sin fondo.

Y mi fe personal sostiene ideas que ignoro.